Bernard H. Schmitt, el padre del marketing experiencial, decía que, hoy en día, los consumidores no dan tanta importancia a cosas como las características y ventajas de un determinado producto, su calidad o la imagen de marca positiva. En cambio, estos consumidores sí que desean productos, comunicaciones y campañas de marketing que les encandilen, les lleguen al corazón y estimulen su mente.
La industria, en su conjunto, cada vez es más competitiva y las marcas deben comenzar a ofrecer a los consumidores compromisos y eventos memorables que permitan a la empresa destacar entre el desorden de sus competidores. A todo ello se suma que, en muchos casos, el producto que ofrecen las marcas es idéntico entre ellas, por lo que la decisión de compra siempre vendrá influenciada por la conexión emocional que establezca el usuario con ellas.
Mientras que la publicidad tradicional (radio, prensa, televisión) comunica verbalmente y visualmente los beneficios de una determinada marcas o producto, el marketing experiencial intenta sumergir a los consumidores en el producto mediante la participación con alguno de estos tipos de conexión: emocional, sensorial, mental, actuación o relacional.
Así pues, detallar las características y beneficios de un determinado producto no es suficiente para alcanzar la diferenciación de marca en el siglo XXI. De aquí nace el concepto de marketing experiencial.
Hace unos días os decíamos, a través del artículo sobre la primera tienda Google Shop: analizamos el customer experience, que el éxito consiste en hacer que los consumidores nos dediquen tiempo porque les apetece, porque les gusta, porque se divierten o porque disfrutan experimentando con los servicios que ofrece la marca.
Y, en realidad, se trata de eso. Al final, el objetivo de este tipo de marketing es conseguir una conexión memorable entre el consumidor y la marca para generar la compra e influir en la lealtad del cliente.
Las empresas a menudo lo usan, ya sea para mejorar y complementar una campaña de publicidad tradicional o para destacar un evento. Sin embargo, como la viralidad en Internet cada vez gana más y más influencia, muchas marcas ya dejan que este tipo de campañas de marketing anden por sí solas.
Y no sólo las empresas. Actualmente, los centros comerciales ya se están transformando en espacios multisensoriales adaptados a las necesidades reales de los clientes y con una cuidada atención. Aquí puedes leer más: ‘Centros comerciales con experiencias de Street Marketing asombrosas’
El consumidor puede vivir diferentes tipos de experiencias según el estímulo que quede “tocado”. En función de lo que queramos destacar del producto podemos desarrollar diferentes tipos de campañas, acciones o estrategias de marca. A continuación, te detallamos los diferentes campos experienciales que engloba este tipo de marketing:
Las sensaciones: es el tipo de marketing que apela a los sentidos con el fin de crear experiencias sensoriales a través de los cinco sentidos (la vista, el tacto, el olfato, el oído y el gusto).
Los sentimientos: es el marketing que apela a las emociones más internas del consumidor con el objetivo de crear experiencias afectivas y estados de ánimo positivos.
Los pensamientos: este tipo de campañas apelan al intelecto con el fin de crear experiencias cognitivas que resuelvan problemas. En este caso, el consumidor se siente atraído por el tipo de mensajes creativos que recibe.
Las actuaciones: Este marketing afecta a las experiencias corporales y a los estilos de vida. Se trata de enriquecer el día a día de los consumidores mostrándoles formas alternativas de hacer las cosas.
Las relaciones: este tipo de marketing contiene una combinación de sensaciones, sentimientos, pensamientos y actuaciones. Sin embargo, el consumidor va un poco más allá de los sentimientos personales o de la esfera privada y relaciona la experiencia vivida con el sentimiento de colectividad.
En definitiva, la venta consiste en hechizar y está estudiado que la mayoría de las decisiones que tomamos a la hora de realizar una compra o de “enganchar” al consumidor están condicionadas por la parte emocional.
Por todo lo dicho, queda claro que, hoy en día, los clientes quieren experiencias para satisfacer sus necesidades reales. Darles esta motivación, a través de la marca, es la clave para crear esta experiencia y asegurarte su fidelización.
Si te apetece profundizar más, compartimos esta presentación que hicimos en A Small Job sobre esta temática donde explicamos con más detalle todo lo que contiene este artículo.
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