Actualmente ante la imposibilidad de detectar una verdadera ventaja competitiva de los productos y el panorama saturado por mensajes factuales y obsoletos, parece que se recurre a crear un vínculo emocional con el target que desmaterializa el producto. Un discurso que pretende conectar psicológicamente con el receptor, el Street marketing. Es por ello que ahora se contraponen dos formas de hacer publicidad: el street marketing vs publicidad convencional.
Décadas atrás, la mayoría del presupuesto de las agencias iba a destinado a la publicidad que hoy día denominamos como publicidad convencional. Dicha publicidad se centraba en los medios masivos; tv, radio, prensa. La publicidad convencional trata sobre todo en dar a conocer el producto, dando lugar a una comunicación unidireccional.
La publicidad, como proyectora e impulsora de la sociedad, su configuración ha ido cambiando al mismo tiempo que las estructuras sociales se han ido modificando, dando paso a una comunicación bidireccional que busca una interacción y vínculo con el consumidor.
Mediante el factor sorpresa pretenden provocar en el target una reacción emocional, de manera que lo primero que hace el receptor es codificar lo que sucede en forma de discurso significativo. Este hecho propicia que las personas recuerden qué empresa les ha hecho vivir esa experiencia y de este modo se logra transmitir un sentimiento positivo de proximidad hacia ella
Esta tendencia en el uso de los medios no convencionales queda plasmado en el estudio de Infoadex de 2013, donde se observa que se invierte en mayor medida en los medios no convencionales (59,3%) que en los tradicionales (40,7%).
El Street marketing surge como una técnica en la que creatividad es ilimitada, admite todo tipo de ideas y mensajes. Es por ello que se premia el ingenio por encima de un elevado presupuesto. A diferencia de la publicidad convencional, este no se dirige a un amplio público ni requiere grandes inversiones. Puede ser llevado acabo por pequeñas compañías que quieran comunicar los beneficios de su marca con pequeños presupuestos.
De este modo el Street marketing resulta ser una herramienta muy eficaz en el sector de retail. No solo permite comunicarse directamente con el target deseado, sino que al mismo tiempo mejora la rotación en el punto de venta y genera traffic building si se logra conectar con el usuario. Del mismo modo, esta estrategia influye en la experiencia de compra. La distribución es un factor clave para crear imagen de marca ya que es el sitio físico de exhibición del producto. Dado que el consumidor considera que todos los productos que venden los proveedores son similares, la marca debe procurar que el proveedor disponga sus productos siguiendo sus valores emocionales.
Dicha experiencia de compra no solo ocurre en el punto de venta, sino que se inicia antes y después de la compra de la oferta. De este modo el Street marketing logra crear un vínculo con el usuario para que en el momento de compra recuerde la marca y a su vez, tenga una predisposición positiva hacia ella haciendo que se decante por sus productos.
Es por ello que el nuevo marketing consiste en dejar de ser un mero emisor y involucrar al consumidor allí dónde se encuentre. Al contrario que ocurría con la publicidad convencional, el Street marketing se presenta como una forma atractiva y no intrusiva de conseguir la interacción con la marca. Una herramienta capaz de concentrar el potencial en un punto.